Las universidades y “una serie” con final abierto ClarínSeptember 3, 2024Ricardo Braginski rbraginski@clarin.com A fuego lento, y por debajo del radar, Argentina viene cocinando un nuevo conflicto, que podría estallar en los próximos meses. Sería algo así como la “segunda temporada” del conflicto universitario, una “serie” que arrancó a principios de año y que tuvo su capítulo final -con toda la épica- el 23 de abril, con casi un millón de argentinos en las calles en defensa de la universidad pública. Para el que se perdió en los detalles, aquella “primera temporadas de la serie” terminó con el compromiso del Gobierno nacional de pagar los gastos de funcionamiento de las universidades nacionales. Algo que hizo y desactivó, de ese modo, la disputa. Pero junto con el pago de los gastos de funcionamiento, el Gobierno -que ya había prorrogado, sin actualizar, el presupuesto de 2023 a 2024- también se había comprometido a avanzar en la recomposición de los salarios docentes y no docentes, que ya vienen perdiendo entre 30 y 50% de poder adquisitivo. Y esto no lo hizo. La segunda temporada del conflicto universitario arranca, entonces, con las sucesivas postergaciones de la paritaria del sector; algunos esfuerzos de la Secretaría de Educación para habilitar aumentos; el “no” rotundo del Ministerio de Economía; la explicación del Gobierno de que los salarios se recuperarán cuando -sin inflación- se recupere la economía y, finalmente, la elaboración y aprobación en Diputados de una ley que obliga -entre otras cosasa pagar la actualización salarial, según lo informado por el Indec desde diciembre del año pasado. El capítulo de quiebre de esta segunda temporada podría suceder esta semana, cuando el Senado, muy probablemente, convierta en ley el proyecto y el Gobierno -si actúa como con las jubilaciones- lo vete. Agrupados en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), los rectores ya anunciaron que -ante esa situaciónno les va a quedar otra que convocar a una nueva marcha. La última escena del último capítulo terminó el viernes con el discurso del presidente del CIN, Víctor Moriñigo, cuando dijo: “Teníamos temor de que afrontáramos cierres, arancelamientos, vouchers, pero eso no pasó. Lo que comenzó fue un desmantelamiento de las universidades en cuotas. No talaron el árbol, sino que dejaron de regarlo. Y me parece que nos están secando de a poco”. Todo esto podría ser divertido, si no fuera que -junto a otros asuntos sobre las universidades- pone en juego el futuro de un sector estratégico para el desarrollo del país y su gente.w Sent from my iPad
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Marta Hallak